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La Divina Princesa se presentó en el Aula Magna de la UNC

Presentaron su espectáculo denominado “Juancito escolarizado”. La murga está formada por dieciocho integrantes de Plottier, Neuquén y Cutral Co, cuyas edades oscilan entre los 16 y 35 años. Cuentan con tres años de trayectoria.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

Las murgas son un fenómeno que crece en el Alto Valle, gracias a sus trajes carnavalescos, un discurso contestatario que satiriza la realidad, mucho fervor y una percusión más que contagiosa.

“La Divina Princesa” es un grupo que cuenta con tres años de trayectoria en la región y sus 18 integrantes tienen una edad que oscila entre los 16 y 35 años. Formada con gente de Plottier, Neuquén y Cutral Co, se presentó el pasado sábado 19 de diciembre en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Comahue.

El espectáculo brindado en la UNC se denominó "Juancito escolarizado" y si la idea era “desperezar los sentidos, convocando al espíritu del Rey Momo uruguayo y candombero”, se cumplió con creces en la presentación realizada en sede neuquina de la casa de altos estudios.

Este proyecto, que empezó siendo de del músico Ezequiel Boronat en el año 2007, fue creciendo y actualmente está también integrado por gente de nuestra localidad. En el grupo se encuentran docentes, estudiantes, músicos, administrativos y profesionales.

En la actualidad, “La Divina Princesa” cuenta con tres directores: Juan Manuel Segundo, Matías Rivas y Julián Leuze. La agrupación se completa con Alfredo Ghiglioni, Andrés Brucen, Marcelo Fuentes, Carolina Massa, Mariano Ayala, Franco Ortega, Mauricio Calio, Natalí del Pino, Joaquín Celedón, Pablo Pellejo, José Martínez, Paola Saavedra y Valeria Garrido.

En concordancia con la realidad y el color local, donde pueden aparecer personajes identificables, La Divina Princesa recurre a la "disciplina artística popular prestada por el Uruguay" para expresar con humor y música lo que tienen para decir sobre la realidad y el mundo que los rodea.

Además, sus integrantes afirman que la murga les permite comenzar a ser uno distinto, para compartir la alegría de ser muchos y cantar juntos en una sola voz y en muchas.

Como con la mayoría de las murgas, los espectadores bailan y saltan, al ritmo de las canciones que ellos mismos componen, matizadas con humor y una buena dosis satírica, con un tono de fiesta que llama a la reflexión, todo con una excelente producción en vestuario mucho maquillaje.

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