La intervención en la Cooperativa de Servicios Públicos Plottier Ltda tiene previsto no alquilar más el local en donde funcionaba Cooperarte y la biblioteca “Beatriz Domínguez”, acción que ha causado gran preocupación entre talleristas y la comunidad Plottier.
El motivo de esta decisión tomada por la intervención que conduce Víctor Marecos es el gasto de 6000 pesos por mes en el alquiler de ese local, medida que ha sido vista con desagrado por muchos vecinos de la ciudad ya que los talleres se autofinanciaban.
“Tenés que pensar que con los talleres hemos tenido un techo de 400 alumnos y había más de 40 chicos estudiando inglés o los talleres de manitos creativas, para chicos de 4 años que andaban muy bien, estábamos generando futuros artistas”, contó Rubén Flores, uno de los talleristas.
“Cooperarte no es totalmente de la cooperativa, porque todo el mobiliario se ha ido comprando con ingresos propios, ya que un pequeño porcentaje de lo aportado por los alumnos quedaba para mantenimiento y gastos y con eso se han comprado sillas y mesas, lo que se utilizaba todos los días”.
Flores recordó también que la cooperativa sostenía a 4 empleados y con esta decisión peligran los puestos de trabajo. “Además, cuando se considera que la cultura es un gasto, estamos mirando muy para atrás, pero bueno cuando la estupidez humana representada en un juez y en un dictador como es un interventor, plantean que solamente el estatuto de la cooperativa indica que debe distribuir energía, no podemos discutirle nada, no podemos discutir con nadie que no tiene capacidad para pensar ni como habitante del pueblo, ni como artista”, agregó.
Asimismo recalcó que los talleristas se agruparon en ATRAP (Asociación Trabajadores del Arte de Plottier)y han convocado a otros referentes culturales para intentar seguir con Cooperarte. “Nosotros siempre pensamos esto como una especie de arte solidario, que ha sido sostenida por la cooperativa de luz para contener a los hijos de los socios, a los socios, con un sinfín de actividades que no son solamente artísticas sino deportivas y sociales, que permiten la interacción entre el socio y la cooperativa”.
En cuanto a la biblioteca “Beatriz Domínguez” que también funcionaba en esas dependecias, Flores contó que la gran mayoría del mobiliario es de la biblioteca. Si bien la cooperativa hizo un aporte importante cuando se fundó, hace unos diez años, la biblioteca fue creciendo merced a las donaciones de los vecinos”, dijo.
Cabe recordar que en “Cooperarte” se dictaban alrededor de 18 talleres formativos para niños y adultos y que la biblioteca era pública y abierta a toda la comunidad, ignorándose hasta el momento que ocurrirá en el futuro con esta importante labor que era llevada a cabo por el área sociocultural de la cooperativa.
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