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Se celebra el 202º de la Revolución de Mayo

Un día como hoy, hace más de doscientos años, un grupo de patriotas decidió que ya era hora de independizarse de la Corona Española, luego de que se confirmara la caída de la Junta de Sevilla en el continente europeo, hecho que desencadenará la destitución de Cisneros y la asunción de la Primera Junta, en Buenos Aires.
Darío Hernán Irigaray
Por Darío Hernán Irigaray

Según cuenta la historia, un 14 de mayo de 1810 arriba al puerto de Buenos Aires la goleta de guerra británica HMS Mistletoe procedente de Gibraltar con periódicos del mes de enero que anunciaban la disolución de la Junta de Sevilla, uno de los últimos bastiones de poder de la corona española en el continente europeo, siendo este uno de los acontecimientos desencadenantes de la revolución de mayo.

Así, un 17 de mayo se conocieron en Buenos Aires noticias coincidentes llegadas a Montevideo el día 13 en la fragata británica HMS John Paris, agregándose que los diputados de la Junta de Sevilla habían sido rechazados estableciéndose una Junta en Cádiz.

Cisneros intentó ocultar las noticias estableciendo una rigurosa vigilancia en torno a las naves de guerra británicas e incautando todos los periódicos que desembarcaron de los barcos, pero uno de ellos llegó a manos de Manuel Belgrano y de Juan José Castelli. Éstos se encargaron de difundir la noticia, que ponía en entredicho la legitimidad del virrey, nombrado por la Junta caída.11

El viernes 18 de mayo, la noticia de la caída de la Junta de Sevilla, alcanzó conocimiento público y alcanzó conocimiento público y el virrey Cisneros realizó una proclama en donde reafirmaba gobernar en nombre del rey Fernando VII, para intentar calmar los ánimos.

En tanto, el grupo revolucionario principal se reunía indistintamente en la casa de Nicolás Rodríguez Peña o en la jabonería de Hipólito Vieytes. Concurrían a esas reuniones, entre otros, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Juan José Paso, Antonio Luis Beruti, Eustoquio Díaz Vélez, Feliciano Antonio Chiclana, José Darragueira, Martín Jacobo Thompson y Juan José Viamonte. Otro grupo se congregaba en la quinta de Orma, encabezado por fray Ignacio Grela y entre los que se destacaba Domingo French.

El sábado 19 de mayo Saavedra y Belgrano se reunieron con el alcalde de primer voto, Juan José de Lezica, y Castelli con el síndico procurador, Julián de Leiva, pidiendo el apoyo del Cabildo para gestionar ante el virrey un cabildo abierto, expresando que de no concederse, lo haría por sí solo el pueblo o moriría en el intento.

El domingo 20 de mayo se hace la demanda y el lunes 21 se invita al cabildo, repartiendo cuatrocientos cincuenta invitaciones entre los principales vecinos y autoridades de la capital, para el día siguiente.

Durante su realización, el martes 22 de mayo y luego de acaloradas discusiones, se procedió a votar por la continuidad del virrey, solo o asociado, o por su destitución. La votación duró hasta la medianoche, y se decidió por amplia mayoría destituir al virrey: ciento cincuenta y cinco votos contra sesenta y nueve.

En la madrugada del día 23 se colocaron avisos en diversos puntos de la ciudad que informaban de la creación de la Junta y la convocatoria a diputados de las provincias, y llamaba a abstenerse de intentar acciones contrarias al orden público.

El día 24 el Cabildo, a propuesta del síndico Leyva, conformó la nueva Junta, que debía mantenerse hasta la llegada de los diputados del resto del Virreinato. Estaba formada por: Baltasar Hidalgo de Cisneros como presidente, Cornelio Saavedra, Juan José Castelli, Juan Nepomuceno Solá (sacerdote) y José Santos Incháurregui (comerciante), como vocales.

Dicha fórmula respondía a la propuesta del obispo Lué y Riega de mantener al virrey en el poder con algunos asociados o adjuntos, a pesar de que en el Cabildo abierto la misma hubiera sido derrotada en las elecciones. Los cabildantes consideraban que de esta forma se contendrían las amenazas de revolución que tenían lugar en la sociedad

Cuando la noticia fue dada a conocer, tanto el pueblo como las milicias volvieron a agitarse, y la plaza fue invadida por una multitud comandada por French y Beruti. La permanencia de Cisneros en el poder, aunque fuera con un cargo diferente al de virrey, era vista como una burla a la voluntad del Cabildo Abierto.

Por la noche, una delegación encabezada por Castelli y Saavedra se presentó en la residencia de Cisneros informando el estado de agitación popular y sublevación de las tropas, y demandando su renuncia. Lograron conseguir en forma verbal su dimisión. Un grupo de patriotas reclamó en la casa del síndico Leyva que se convocara nuevamente al pueblo, y pese a sus resistencias iniciales finalmente accedió a hacerlo.

El viernes 25 de mayo, durante la mañana, una gran multitud comenzó a reunirse en la Plaza Mayor, actual Plaza de Mayo, liderados por los milicianos de Domingo French y Antonio Beruti. Se reclamaba la anulación de la resolución del día anterior, la renuncia definitiva del virrey Cisneros y la formación de otra Junta de gobierno.

El Cabildo se reunió a las nueve de la mañana y reclamó que la agitación popular fuese reprimida por la fuerza. Con este fin se convocó a los principales comandantes, pero éstos no obedecieron las órdenes impartidas.

Cisneros seguía resistiéndose a renunciar, y tras mucho esfuerzo los capitulares lograron que ratificase y formalizase los términos de su renuncia, abandonando pretensiones de mantenerse en el gobierno. Esto, sin embargo, resultó insuficiente, y representantes de la multitud reunida en la plaza reclamaron que el pueblo reasumiera la autoridad delegada en el Cabildo Abierto del día 22, exigiendo la formación de una Junta. Además, se disponía el envío de una expedición de quinientos hombres para auxiliar a las provincias interiores.

Pronto llegó a la sala capitular la renuncia de Cisneros, "prestándose á ello con la mayor generosidad y franqueza, resignado á mostrar el punto á que llega su consideración por la tranquilidad pública y precaución de mayores desórdenes.

Ante la perspectiva de violencias mayores, el petitorio fue leído en voz alta y ratificado por los asistentes. El reglamento que regiría a la Junta fue, a grandes rasgos, el mismo que se había propuesto para la Junta del 24, añadiendo que el Cabildo controlaría la actividad de los vocales y que la Junta nombraría reemplazantes en caso de producirse vacantes. La Primera Junta estaba compuesta de la siguiente manera:
Presidente
Cornelio Saavedra
Vocales
Dr. Manuel Alberti
Cnel. Miguel de Azcuénaga
Dr. Manuel Belgrano
Dr. Juan José Castelli
Domingo Matheu
Juan Larrea
Secretarios
Dr. Juan José Paso
Dr. Mariano Moreno

La Junta estaba conformada por representantes de diversos sectores de la sociedad: Saavedra y Azcuénaga eran militares, Belgrano, Castelli, Moreno y Paso eran abogados, Larrea y Matheu eran comerciantes, y Alberti era sacerdote.

Acto seguido, Saavedra habló a la muchedumbre reunida bajo la lluvia, y luego se trasladó al Fuerte entre salvas de artillería y toques de campana.
Al mismo tiempo que el sol se ponía en el horizonte, una compañía de Patricios mandada por Don Eustoquio Díaz Vélez anunciaba, al son de cajas y voz de pregoneros, que el Virrey de las Provincias Unidas del Río de la Plata había caducado, y que el Cabildo reasumía el mando supremo del Virreynato por voluntad del pueblo

Fuente: Wikipedia.

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