
Cada año y con la llegada de las fiestas de egresados se conocen casos de estafas en relación a las empresas organizadoras de eventos, y en ésta oportunidad de caterings.
El Municipio no desconoce esta situación y, si bien controla los salones y servicios habilitados, advierte que hay un vacío legal respecto de los catering que funcionan solo bajo el amparo de un teléfono publicado en los diarios o las redes sociales.
La mamá de una de las jóvenes, Gladis Carrera, contó que desde que comenzó el año los chicos se pusieron a organizar la fiesta y que “no se fueron de viaje de egresados para planificar tener una buena fiesta”.
Dijo que estuvieron averiguando y que contrataron un boliche por el que “pagaron $80 mil la fiesta , pero lo que les dieron fue diferente de lo acordado”.
“Tenían distintas opciones, se hicieron reuniones y a lo último se terminó arreglando vía mail. Se ofreció y contrató un servicio con un costo de $400 por tarjeta con una entrada, un plato principal de pollo con papas, postre, brindis con champagne y mesa de postres. También mesas, mozos, tragos libres hasta la una y luego a un costo de $35”, resumió Carrera.
El resultado, según su comentario, fue el opuesto: “Llegamos y nos encontramos con que no había mesas, no había mozos, la entrada era una feta de queso y mortadela y el plato principal dos perniles que comimos parados; no hubo champagne y los tragos los cobraron antes y a más de $50”.
Pésima noche que seguramente recordarán los egresados y sus invitados, por lo que ahora buscan que se les devuelva la suma de dinero invertido.
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