
La escuela ya comenzó a olvidar su episodio más trágico, el olor a humo y el hollín en las paredes ahora son ahora un mal recuerdo. Fue el incendio que obligó a cortar repentinamente las clases el 2 de diciembre y que terminó consumiendo cuatro aulas. Pero hoy en día los docentes no miran hacia atrás, ellos ponen sus esfuerzos en llegar a marzo con el establecimiento en condiciones.
Es que con el inicio del ciclo lectivo de 2016 la escuela cumple tres décadas de funcionamiento, pero esa es solamente una fecha formal, porque sus vínculos con la sociedad se remontan a principios de los 80 según recuerda Diego Gómez, hijo de quien fundó el establecimiento.
Su padre, Alberto Gómez, en ese momento era empleado de YPF, vendió el departamento en el que vivían en Bueno Aires, pidió el traslado a la región y compró campos en Neuquén. "El tema era simple, comprar una hectárea, formar una asociación y comenzar a trabajar con los mapuches. Construimos una casa grande para traerlos, pero la relación no prosperó y tuvimos que poner fin a ese vínculo", explicó.
En el año 1985 decidieron emprender el camino de la educación, dando albergue a los chicos del barrio 2 de Abril, una pequeña comunidad rural que tenía trasladares hasta Plottier para poder mandar a sus hijos a la escuela. En el año 86 comenzaron las clases con 14 chicos en un grado múltiple, desde primer grado a séptimo.
En 1987 la escuela se introdujo en la educación pública. Hoy en día cuenta con 197 inscriptos, 40 chicos son de Senillosa y el resto viene de distintos barrios de Plottier. Es una escuela privada, no confesional y de gestión pública, que recibe aportes del gobierno para pagar sueldos y también comprar los alimentos para los 24 chicos que viven en el albergue.
Fuente: diario Río Negro.
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