
El intendente de Plottier Andrés Peressini mostró con satisfacción lo que dice es uno de los puntales de su gestión para lograr el saneamiento financiero: disminuyó en 160 la planta de empleados municipales que al asumir en 2011 era de 1.147.
“El objetivo es bajar 200 más en tres años para lograr un equilibrio entre la cantidad de empleados respecto a la población”, dijo. El censo de 2010 reflejó 33.600 habitantes.
Actualmente al municipio ingresan unos $19.000.000 por coparticipación y unos $8.000.000 por recaudación propia. “La Carta Orgánica establece que no se puede erogar más del 35% de lo que ingresa en salarios y estamos erogando el 100%, por la incorporación masiva de gente en gestiones pasadas”, comentó.
Con las bajas, el 90% por jubilaciones y el resto por retiros voluntarios (cuatro) y sumariados (unos veinte) se redujo en $3.500.000 mensuales la masa salarial. “No estoy en contra del empleado municipal, pero el objetivo es llegar al equilibrio. Que nos permita contar con recursos propios, que no se vaya en salarios el 100% de los ingresos y nos quede margen para resolver lo cotidiano y en lo posible invertir en obras y asistencia”, argumentó.
Sobre cómo reaccionan los gremios -hay cuatro- dijo que cuestionan hasta el último punto, pero la resolución llega producto de sumarios que duran hasta 18 meses. “Van conociendo los procesos, no es de un día para otro la baja”, explicó. (Ver aparte)
¿Y el vecino?, se le planteó. “Interpreta nuestro esfuerzo, pero también tiene un tiempo de tolerancia, de espera. A mí me dieron una segunda oportunidad. Quizá el vecino que no tiene una relación con el empleado municipal, vio la importancia de un proceso de consolidación del proyecto para revertir el desastre que nos habían dejado y que no podía hacer sólo en cuatro años”, dijo.
Peressini le atribuyó al exintendente Sergio Gallia haber sobredimensionado la planta de personal con 400 incorporaciones. (Ver aparte) También haber sumado personas con 65 años de edad “a los que no se los puede jubilar porque tienen sólo cinco años de aportes. Están ausentes, enfermas y si están en su lugar de trabajo no tienen la lucidez para afrontar una determinada responsabilidad, porque no han sido capacitados”.
Añadió a que esas personas “no se las puede mandar a trabajar con una pala, pero tampoco a una tarea administrativa porque no tienen la preparación para ello. Hay de 75 años, producto de esas incorporaciones masivas, a las que no se puede jubilar”.
“La pretensión de nuestra gestión es encontrar un equilibrio lógico entre la población y la cantidad de empleados”, dijo Peressini.
Fuente: diario RN.
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