Patricia Teves y su marido son los únicos que pudieron terminar su casa y mudarse. Pero día a día enfrentan los peligros de vivir solos en un sector que en vez de barrio parece una ex cantera, por la gran cantidad de pozos que hay.
Los terrenos comenzaron a comercializarse desde el 2009 y los compradores fueron de muchas partes de la provincia e incluso del país. Por eso les fue muy difícil a los propietarios reunirse. Hace unos meses un grupo pudo hacerlo y, asesorados por un abogado, tratarán de que el dueño del loteo realice las obras prometidas para que al menos puedan escriturar.
“El loteador no aparece, se esconde. Es Juan Carlos Barros, y su padre Carlos Barros, lo último que sabemos es que están inhibidos ante la AFIP, por lo que los vecinos que habían avanzado con los trámites para escriturar se quedaron sin poder hacerlo”, comentó la mujer.
En el caso particular de Teves, logró que la Cooperativa de Servicios Públicos los conectara al servicio eléctrico luego de comprar su propio transformador e instalar ocho postes de luz. Lo admitieron porque su terreno estaba al lado de la única calle lindante al loteo, pero cuando los demás vecinos que estaban construyendo quisieron hacer lo mismo no pudieron y varios perdieron los créditos del Procrear que les habían otorgado.
Fuente: LM Neuquén.
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