
Los integrantes del cuerpo entendieron que la fiscalía y la querella lograron probar la figura más grave: homicidio agravado por el vínculo y en un contexto de violencia de género.
Muñoz Tapia asestó diez puñaladas, seis en la espalda y cuatro en la región torácica, lo que provocó la muerte de Matos, su expareja, a las 0.30 de ese día de setiembre en la vía pública, en Mosconi y Encina.
El acusado reconoció ser el autor del homicidio y la responsabilidad. Su defensa pidió ser condenado por homicidio simple porque al ser la expareja no tenía el contexto de violencia de género.
El hombre de 45 años fue acusado del delito de “homicidio doblemente calificado por la relación de pareja y por femicidio”.
Matos, de 36 años, volvía de visitar a su expareja, quien la persiguió y la asesinó brutalmente en plena calle, sin escuchar las advertencias de los vecinos que le pedían desesperados que la soltara.
Los familiares de la víctima expresaron su conformidad con el fallo en el exterior de la ciudad judicial donde ayer por la tarde finalizó el juicio oral y público. El jurado deliberó más de dos horas antes de emitir su dictamen.
La mujer vivía con sus dos hijos de 20 y 11 años en el barrio El Bosque, lindante a El Chacay, y trabajaba como auxiliar de servicio en un establecimiento educativo.
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