En Plottier se pueden encontrar albañiles, huerteros, feriantes o trabajadores en hornos de ladrillo. En el caso de los feriantes, alquilan chacras por la zona y trabajan desde que sale el sol hasta que oscurece.
La feria de los sábados en el Parque Central es uno de los lugares de venta preferidos por los feriantes bolivianos. Los que ofrecen hortalizas, ropas o comidas al paso. El que llega primero elige los mejores lugares -sombra, asfalto- y como son muchos los vendedores, ellos son los primeros en llegar.
En las primeras horas de la madrugada, cuando el centro neuquino refleja el movimiento de la gente que sale de los de cines, teatros o restaurantes y los jóvenes palpitan la previa de los boliches, en la Vuelta de Obligado se pueden ver las camionetas -muy bien cuidadas, de modelos nuevos- desbordantes de mercadería, con sus dueños -familias, hombres, mujeres y niños-, esperando que aclarezca para armar sus gazebos y escaparates.
Una de las diferencias que marcan los bolivianos en la comercialización de las verduras es que como no apelan -no todos- a intermediaros, tienen menos costos y pueden vender más barato y también que venden productos frescos.
Los feriantes no extienden facturas -no es una contradicción porque en esencia las ferias son precisamente para que el pequeño productor venda directamente sus productos-, y no tributar no deja de ser otra ventaja que los bolivianos aprovechan al máximo, mientras radican sus familias en la zona y también invierten sus ganancias.
Según cuenta el diario “Río Negro”, en su informe, las primeras familas llegaron a mediados del siglo XX, la oferta laboral en las grandes presas del Limay y el Neuquén los atrajo en los 60; en los 90 comenzó una "oleada" inmigratoria que ya tiene un número: 15.000 residentes.
En un primer momento, hicieron cualquier tarea que les permitiera ganarse el sustento a aquellos y ya en los 60, los albañiles se mezclaron con criollos en las grandes obras hidroeléctricas. Los que dinamitaban los cerros eran precisamente bolivianos, por experiencia en las minas en su país.
Terminados los diques siguieron en la construcción y continúan identificados con este rubro, pero ya independientes, con miniempresas y hasta con emprendimientos de envergadura.
Los productores de verduras, "huerteros" -en chacras que alquilan en Centenario, Vista Alegre, Plottier, Senillosa-, representan otra de las actividades que eligen.
Y los microcomercios -en los mercados de pulgas o en locales habilitados, en esta capital y localidades del interior- y los horneros -en Plottier-, completan los rubros preferidos por los bolivianos.
La llegada de bolivianos es permanente y se acentúa cada vez más, porque los que están traen a sus parientes y amigos. Eligen la ciudad de Neuquén por las ventajas para mejorar su condición socio económica.
La comunidad tiene una enorme aplicación al trabajo, disciplina, habilidad comercial, voluntad de superación -mandan a sus hijos a la escuela, a la universidad-, también es cierto que la informalidad del trabajo que realizan -permitida también a argentinos-, les da márgenes de ganancia que capitalizan al máximo.
Fuente: Río Negro