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El centro terapéutico Ravenna llegó a la región

Recientemente inaugurado, el Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna es una institución dedicada al tratamiento de la obesidad y otros desórdenes alimentarios que tiene como objetivos la modificación de hábitos nocivos relacionados con la comida.

Ubicado en la calle Martín Fierro 121 del barrio Jardines del Rey, de la ciudad de Neuquén, la Clínica del Dr. Ravenna inauguró su filial número once. Dicha apertura se llevó a cabo el pasado jueves 25 de marzo, con un importante marco de público.

“Estamos muy contentos por la respuesta de la gente. Neuquén era la ciudad del interior que más gente aportaba a la clínica en Buenos Aires, y nos preguntábamos por qué sucedía esto: ¿Era porque había más gordos?, ¿Mayor poder adquisitivo?, no sabemos cuál es la razón, pero la vamos a descubrir juntos”, dijo Máximo Ravenna al inicio de la charla.

Según el doctor, la obesidad es una patología complicada de resolver y ya pasó a ser una epidemia mundial. “La clave del éxito de nuestro método te lo dicen las palabras, control, límites, adelgazamiento veloz para motivar, entendiendo que después del adelgazamiento veloz hay una etapa básica de mantenimiento continuo, que es el equilibrio entre las ganas de comer y lo que tengo como ganas de vivir mejor”.

“Luego que logramos frenar ese impulso, hay que tener la convicción de que yo estoy más preparado para vivir mejor que para comer más. Que ya comí suficiente. El secreto del éxito es trabajar integralmente, con un sistema interdisciplinario, atendiendo a un triangulo compuesto por el cuidado con el cerebro y las comidas adictivas, harinas refinadas, azúcar, y mezcla de ellas o en grasa”.

Ravenna hace una pausa y agrega que “también hay que cuidarse del deseo de repetir por exceso de excitación comidas demasiado sabrosas, teniendo especial cuidado con una zona sospechosamente peligrosa como la zona del páncreas, donde esta la insulina, para generar un índice glicémico bajo que nos evita seguir comiendo”.

Las dietas de Ravenna se basan en consumir diariamente entre seiscientas y ochocientas calorías, a las que se le agrega una buena cantidad de minerales y vitaminas, manteniendo al paciente con actividad moderada en la actividad física.

“De esta manera, el cuerpo se encarga de compensar las “pocas” calorías que recibe con una combustión de todo el resto de calorías que necesita la alimentación, a través de su propia grasa que es el gran combustible que nos da la energía vital. La grasa que es un gran enemigo cuando entra, es una gran amiga cuando se va, cuando se quema, nos da un aumento del ritmo metabólico, genera saciedad en el cerebro y produce que me compense bajando de peso”, afirma el doctor.

“En realidad le enseñamos a la gente no a comer, sino a parar de comer. Después de parar de comer en exceso, le enseñamos la medida adelgazante, luego la medida mantenimiento y después le diremos cuantas veces podrá, según su conducta, comer un poquito de mas de alguna cosa que no lo atrape. Si lo atrapa, vuelve atrás y esto es probablemente el gran secreto, además de mantenerse en contacto con gente que tenga sus mismos problemas, esté en la misma situación y puedan verse resultados concretos al final del camino”, concluyó Ravenna.

Autor: Darío Hernán Irigaray

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