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Fútbol social a pulmón en Plottier

La asociación Alas Argentinas brinda un espacio de contención a más de un centenar de chicos de más de 12 años. Organizan eventos y rifas para recaudar fondos para participar de encuentros futbolísticos a nivel nacional.

La escuelita de fútbol funciona desde el año 2008, y se encuentra ubicada en el predio recreativo Alas Argentinas, sobre las calles Suipacha y Salta adonde asisten a practicar del deporte alrededor de 90 chicos de entre 4 y 12 años.

Los encargados de llevar adelante la escuela son Matías Ramos y Lucas Zárate, ambos entrenadores. “A los chicos que asisten al predio no se les cobra absolutamente nada”, recalca Matías, un hombre de 33 años y padre de 3 hijos.

Rifas, locros y tertulias para chicos menores de 14 años son las actividades que organiza la escuelita en el salón de la seccional del MPN, el cual es prestado de forma gratuita por Gabriel Valenzuela, presidente de la seccional.

Las tertulias se realizan dos veces al mes, y la entrada tiene un valor de diez pesos. Todo lo recaudado va a parar a la asociación Alas Argentinas, y mas precisamente a la escuela de fútbol, que se financia a través de estas actividades.

El principal motivo por el cual se llevan adelante dichas acciones es debido a que la escuela emprenderá un viaje a Mendoza, donde disputará un certamen nacional junto a otros grupos de jóvenes. Dicho viaje tiene un costo de 10.740 pesos y se realizará en el mes de noviembre, por lo que los encargados de la escuelita tienen programado llevar adelante una “pollada” el 11 de noviembre para recaudar fondos.

Cabe destacar que lo único que deben llevar los chicos de la ciudad es el alimento, debido a que los organizadores en la ciudad de Mendoza les brindarán el alojamiento correspondiente.

Matías cuenta que encaró la escuela de fútbol para “devolver algo de lo que le dio la vida”, ya que en un principio vivía en el barrio La Esperanza y al mudarse al barrio Alas, observó que muchos chicos no realizan ninguna actividad y muchos de ellos hasta suelen recurrir a las drogas.

“Llevamos adelante esto para sacar a los chicos de las drogas. Hay chicos de 11 o 12 años que ya fuman y los padres no les dan ni cinco de bola”, afirma preocupado Matías.

El entrenador de los chicos relata que en su infancia recién pudo jugar al fútbol cuando tenía 14 años, momento en que un amigo lo acercó al club Centro Español. “Nunca tuve la oportunidad de viajar para jugar al fútbol, ya que vivía en un barrio alejado y nunca se nos dio pelota. Había que trabajar y estudiar, no quedaba otra”, expresó Matías.

“Es por esto que hoy hago lo que hago. El fútbol mantiene a los chicos ocupados y eso me da mucho placer y satisfacción”, afirmó Ramos, quien entrena a los jóvenes.


Junto al entrenador, existe un grupo de personas que llevan adelante la escuela de fútbol: Lucas Zárate, quien es el segundo de los directores técnicos, Roxana Pacheco, la encargada de lavar las camisetas, esposa de Matías, Juan Carlos Maripil y Noemí Railaf son los cocineros oficiales durante los viajes, Ester y Luís Ramires junto a Omar Pino completan este grupo de trabajo que realiza todos los esfuerzos necesarios para que los chicos practiquen su deporte preferido.

Otro de los proyectos que tienen en mente para la escuela de fútbol es realizar un merendero para que los chicos tengan un lugar donde alimentarse tras las prácticas. “La Uocra nos va a dar una ayuda con respecto a la mano de obra, el sindicato de petroleros jerárquicos nos dio cal y cemento, y PlusPetrol nos brindará todo aquello que nos falte, como puertas y ventanas”, contó Ramos.

A pulmón, con un objetivo claro e incentivando la práctica deportiva, la asociación Alas Argentinas busca mantener a los chicos de la ciudad alejados de las drogas y en cercanías de una pelota. Una iniciativa a imitar.

Autor: Darío Hernán Irigaray

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