El pasado jueves 28 de junio el único fugado del centro clandestino de detención La Escuelita, que funcionaba en los fondos del Batallón de Ingenieros de Montaña, brindó su declaración en el juicio oral y público contra 23 represores imputados de delitos de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura militar.
Hugo Obed Inostroza Arroyo declaró por videoconferencia desde la Embajada argentina en Madrid, España, donde reside en la actualidad después de haberse exiliado en Suecia.
Hugo, alias “Pelo” o “Juan”, tenía 30 años y, desde el año ”72 militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), cuando volvía del trabajo en una obra en construcción donde era delegado sindical, y fue secuestrado en su casa de Plottier frente a su esposa e hijos.
Afirmó que al intentar escapar de sus captores fue golpeado en la cabeza por personas vestidas de civil quienes le dijeron: “Caíste. Quedate piola o te volteamos acá mismo”.
Recordó que fue llevado en un automóvil hasta La Escuelita, donde fue encerrado en un galpón, golpeado y torturado con picana eléctrica durante horas. "Con la picana perdía el conocimiento y me despertaba con los golpes", aseguró.
Durante cerca de diez horas fue interrogado y sometido a torturas en el centro clandestino de detención “La Escuelita” de Neuquén, hasta que logró fugarse alrededor de las 22, el 25 de Agosto de 1976.
"Estaba convencido de que me iban a boletear, pero no estaba dispuesto a que me siguieran torturando", relató. Por eso intentó ahorcarse con las propias esposas colocándolas sobre su garganta. "Fue tanta la presión que se salieron de mi puño derecho", aseguró. Después logró liberar su mano en forma completa y quitarse las vendas de sus ojos.
Hugo Obed Inostroza Arroyo contó que salió del lugar corriendo en medio de la oscuridad y que al ser descubierto comienzan a dispararle. "Uno que estaba de espaldas me vio y avisó que me estaba escapando. Comenzaron los tiros y los reflectores iluminaban el lugar pero no pudieron verme", describió. Contó que en ese momento sintió una quemadura en una de sus piernas.
En la huida se encontró de frente con un soldado armado con un fusil "que no dijo nada".
Luego de correr, saltar montículos y pasar por una laguna, Pudo llegar a una casa donde le dieron agua y ropas. "Me ayudaron y me pude ir caminando hasta Plottier, donde me escondí en la casa de un compañero", agregó. Allí estuvo cuatro días y después intentó llegar a su casa, pero al observar el movimiento de militares decidió retirarse.
Contó que se ocultó en una casa por una semana donde se enteró que su familia se había radicado en Bahía Blanca y que pudieron salir del país al comienzo de la democracia, a fines de 1983. Actualmente está jubilado con 66 años y reside en España desde 2004.
Fuentes: La Mañana de Neuquén 8300 web