Este medio, como tantos que publica regularmente la Editorial Patagonia Activa en papel, se imprimen en la ciudad de Buenos Aires, y llega a la región por medio de los servicios de cargas, principalmente por medio de los ofrecidos por las compañías de transportes de pasajeros. Si su diario no llega a tiempo el culpable tiene nombre y apellido.
Via Cargo, como otras compañías, ofrecen el servicio de tracking, donde uno por medio del número de remito que le fue asignado al realizar el envío puede dar seguimiento a la mercadería por medio de internet, pero esto no es siempre así.
Parece ser que el furor de compras por internet ha intensificado el volumen de mercaderías que viajan todos los días, que hasta despachar y retirar parece una tortura por el tiempo que uno debe emplear.
Via Cargo particularmente, hoy es la empresa que tiene copado el mercado de las cargas a nivel nacional, ya que posee convenios con la mayoría de las empresas de transportes de pasajeros del país, pudiéndose enviar un paquete prácticamente hasta cualquier punto de la Argentina.
Al no funcionar el sistema vía internet e intentar comunicarse telefónicamente, desde que nos atiende el contestador nos derivan permanentemente a visitar la página web de la compañía en que en muchas ocasiones ofrece información errónea. Al atendernos simplemente colocan en el sistema al igual que nosotros en número de seguimiento, y al detectar un problema, simplemente es informado sin permitir recibir un reclamo.
Realmente la falta de control por parte de las autoridades ha logrado que hoy en día Vía Cargo impunemente preste un servicio en forma descarada, donde un simple envío de un paquete desde Buenos Aires hasta Neuquén puede llegar a demorar una semana.
Otro punto relevante que el valor más pequeño de un envío comienza en los 200 pesos aproximadamente, para una simple cajita, sin importar el peso.
“Con la intención de no quedarnos con el dicho: mejor malo conocido que bueno por conocer, intentamos enviar cargas por otras empresas, tal es el caso de Crucero Express, donde también en varias ocasiones los paquetes se demoraron hasta una semana, quedándose sin sentido demoradas en depósitos por días, hasta que un alma caritativa, parece ser, la enviaba hasta el destino final”, contó el director de la editorial, Darío Irigaray.
“Algún ente debe controlar las falencias, y castigar a las empresas que descaradamente e impunemente prestan un servicio desastroso, donde también en ocasiones las mercancías no llegan en condiciones óptimas, estando rotas, manchadas, y hasta faltando parte del envío”, agregó Irigaray.
“Si quiere llevarse lo que llegó debe pagar el total de la boleta, y cuando encontremos lo que falta lo llamaremos”, contó Julio en tono indignado a este medio, cuando llegara parte de la carga que esperaba desde hace días, a lo que agregó: “encima que llegó una parte no me querían dejar pagar la mitad, y no sabían dónde estaba el resto”.
Lo cierto es que hoy la falta de controles, y falta de multas adecuadas hacen que empresas como Vía Cargo principalmente, y en menor lugar Crucero Express, manejen su negocio desfachatadamente, sin cumplir plazos de entrega, ni tratar como corresponde las cargas.
“Eran otros los tiempos cuando se despachaba en un omnibús en Retiro, Buenos Aires, a las 18 horas, y al otro día llegaba a Neuquén a las 13 horas como mucho”, acotó Juan otro usuario indignado del servicio.