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"Plottier, el reino del revés"

Las eternas esperas para abonar impuestos a cambio de servicios cada vez más precarios, es el principal tema al que apunta Alfredo Enrique en la siguiente carta de lectores que compartimos con ustedes.

"Es una ciudad que ya parecía haber roto todos los moldes. Sin embargo, la extravagancia de los funcionarios de Plottier parece inagotable. Tan inagotable como los sacrificios a los que se someten sus contribuyentes prolijos, los que quieren tener todas sus obligaciones al día, a cambio de unos servicios cada vez más precarios de un municipio en déficit permanente".

"Las maratónicas esperas de la gente para pagar las tasas se explica en una impericia administrativa que les impide cancelar los tributos por medios más modernos que la insufrible caja de la minimalista oficina de Recaudaciones. Es como volver a la Edad Media. A falta de opciones, como el pago electrónico, a las 4.30 de la madrugada ya hay gente en la calle, con sus reposeras, esperando que un empleado entregue los números para la atención al público. Tranquilamente, inspirada en las desventuras municipales de Plottier, María Elena Walsh hubiese podido sumar una estrofa más a su ya célebre canción infantil".

"El intendente Andrés Peressini se queja por la herencia que le dejaron sus antecesores: juicios, embargos, déficits y una superpoblación de empleados municipales. No obstante, parece dispuesto a hacer todo lo posible para que quien lo suceda (eventualmente él mismo, si es que consigue la reelección) continúe a caballo de una gestión enredada en sus propios nudos de desacierto".

"Mientras tanto, en Plottier la gente no se resigna a usar la reposera, aunque no para retozar en las frescas aguas del Limay, sino para esperar en la vereda de la oficina de Recaudaciones del municipio que un empleado les entregue un número que les permita acceder a las ventajas de un descuento por cancelación anticipada".

Alfredo Enrique.

Autor: Sergio Garro

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