En noviembre de 2014 fueron condenados como partícipes secundarios Héctor Calfuman, Jerónimo Morente y Bruno Escobar, como responsables del delito de incendio seguido de muerte.
En el fallo, los jueces aseguraron que los autores del crimen no fueron juzgados. El cuarto imputado, Víctor Pino, estuvo prófugo todo este tiempo.
El homicidio ocurrió el 22 de octubre de 2013, cuando una patota irrumpió en la casa donde estaba la víctima con sus tres hijos para darles una paliza y prenderles fuego el domicilio.