Amadeo Aravena hace un año y ocho meses que logró mudarse a la zona. Llegó con toda la potencia que implica tener algo propio, pero de a poco se fue desanimando. Es que desde que vive en el barrio, cada vez que llueve las calles quedan intransitables, la recolección de residuos no llega y poco hay de alumbrado.
Desde el martes a la noche pasar por la zona se hace casi imposible, aunque la mayoría de los vecinos logra salir en bicicleta o como pueden para ir a sus trabajos.
"Queremos que se acerque el intendente o algún funcionario para ver qué solución podemos tener. Que por lo menos pasen la máquina en las calles para prevenir la inundación", expresó el hombre.
Cerquita de su casa, otro vecino, Horacio Garrido, comentó que su vivienda de madera quedó toda rota luego de la lluvia y que el agua se les metió adentro. "Viene cada tanto gente de Desarrollo Social, pero nadie nos da ayuda", expresó.
Fuente: LM Neuquén.