Con cuatro toboganes de diversas alturas (uno de 15, dos de 9 y uno de 6 metros), una pileta con olas y espacio para parrillas, el primer parque acuático de la Patagonia se prepara para recibir a chicos y grandes que se animen a una nueva experiencia.

La aventura comienza desde el ingreso al predio con unas gigantescas piedras, que se asemejan a una muralla, y que adelantan el paisaje con que uno se va a topar. Grandes sombrillas que simulan palmeras acompañan todo el recorrido y servirán para escapar de los rayos de sol durante la estadía.

Sobre la derecha, la primera atracción: un tobogán triple verde y blanco, que prepara el terreno de valentía para probar el resto de los juegos.

Del otro lado, una enorme pileta con fuentes en el medio bordeará el parque y la zona de las parrillas junto con el otro tobogán de torre triple. El “río lento”, que atraviesa todo el terreno, será el caudal de agua para navegar con gomones, que permitirá descansos en algunos puntos con hidromasajes.

De cara a la ruta está la pileta con olas, que causará nostalgia a quienes añoren el mar. Además, contará con un escenario para shows, mientras los presentes se relajan con el vaivén del agua.

Enfrente estará el tobogán en forma de rulo que desemboca en una pequeña pileta. Sin embargo, la atracción principal será el tobogán de 15 metros. Quienes se atrevan a subirse sentirán la adrenalina correr por las venas en cuestión de segundos, aunque la velocidad y el sol de frente les impedirá abrir los ojos y comprender el efímero recorrido acuático.

Los más pequeños también tendrán su lugar con una pileta de baja altura repleta de juegos, un tobogán miniatura y un balde enorme con agua que se vuelca cada vez que se llena. En el predio también habrá comercios, bares, baños y duchas.

Fuente: LM Neuquén.