En octubre de 2016 un medio regional reveló las intrigas de este cabo y de dos efectivos más que fueron sancionados por estar vinculados a una red delictiva. La investigación había arrancado en octubre de 2015 y hubo escuchas telefónicas que permitieron establecer el accionar del policía díscolo.
El cabo manejaba uno de los vehículos que realizaba los rondines por la zona de China Muerta y loteos ubicados en la zona oeste de Plottier.
Su actividad le permitía tener datos muy precisos sobre los movimientos de los vecinos y se los entregaba a los delincuentes para que realizaran los golpes. A esto se sumaba que, como era chofer, el día del robo evitó circular por determinadas zonas en horarios pactados con los ladrones.
Pero como nada es gratis, el policía cobraba “el favor” con dinero en efectivo o con parte del botín obtenido. Ese fue su talón de Aquiles, ya que quiso vender algunos elementos robados a sus compañeros y levantó sospechas. En junio de 2016 finalmente fue echado de la fuerza y la Policía mantuvo la situación bajo reserva hasta que LM Neuquén logró filtrar el caso, de lo contrario no hubiese trascendido.
Ahora, la actividad del cabo es la principal línea que se investiga por el robo, ya que contaba con información clave de cada una de las chacras del paraje y, si bien podría no haber participado directamente, no descartan que él haya sido quien facilitó los datos.
En paralelo, Gobierno, Policía y vecinos llegaron a un acuerdo por la seguridad en China Muerta. “Ya se asignaron un móvil, dos motos y dos efectivos más para la zona y cada 15 días realizaremos reuniones con los vecinos para ajustar el accionar de la Policía”, confió el subsecretario de Seguridad Gustavo Pereyra.
Además, un parador fue convertido en destacamento policial con dos efectivos permanente.
Fuente: LM Neuquén.