La historia del superchino que se trenzó en lucha con su ex empleado y ladrón, en medio de corridas y 10 mil pesos en puja, que con un tajo en la cara y otro en la mano recuperó el dinero y logró detenerlo, volvió a resonar por los pasillos de las salas de audiencias.

Es que el miércoles, el juez Mauricio Zabala avaló un acuerdo entre la defensa y la fiscalía, y le otorgó el beneficio de la probation al joven delincuente, acusado de robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa.

96 horas de trabajo comunitario deberá realizar el acusado. Por el término de un año, el joven deberá realizar trabajo comunitario para una entidad de bien público. Asimismo, está obligado a presentarse ante la Justicia cada cuatro meses.

Al respecto, la fiscal Patricia Brizuela manifestó que la víctima, a través de una mujer que hizo de traductora, manifestó “que estaría de acuerdo con una suspensión y que no tiene intenciones de recibir una reparación económica”.

Luego, la fiscalía recalcó que el interés del damnificado es que la restricción de acercamiento del acusado al local comercial se mantenga porque tiene temor, ya que los conoce por haber sido empleado del comercio.

Fue ahí cuando la audiencia de suspensión dio un giro impensado, ya que la defensora Eliana Lazzarini requirió lo mismo para su defendido.

En este sentido, Lazzarini profundizó y explicó que el acusado había sido amenazado con un arma de fuego por parte de un familiar de la víctima (ver aparte).

Una vez resueltas las controversias, y dado que el joven ladrón no posee antecedentes, el juez avaló el acuerdo.

El increíble hecho ocurrió el 4 de septiembre, alrededor de las 8:45, cuando el acusado, un ex empleado, se presentó en el local comercial ubicado en Avenida del Trabajo al 100.

Allí, el ex carnicero quiso entrar al negocio y el dueño le franqueó la entrada. En ese instante, el joven, dispuesto a todo, sacó un arma de fuego tipo revólver y comenzó a exigirle el dinero.

El chino, un hombre delgado de 1,70 metros de altura, lejos de ser intimidado, se trenzó a pelear con su ex empleado.

Después, el joven sacó un cuchillo, le tajeó la cara y le sacó el dinero. El dueño lo persiguió, recuperó la plata y detuvo al ladrón.

“Este hecho se suscita a partir de una deuda de trabajo que existía respecto de mi defendido, que era empleado del local”, apuntó la defensora Eliana Lazzarini. En este sentido, afirmó que tras haber recuperado la libertad el 5 de septiembre, el acusado radicó una denuncia en la comisaría contra un familiar del comerciante, que “lo amenazó con un arma cuando él estaba llegando a su casa”. “Si bien él está comprometido a no acercarse, también tiene temor de lo que le puedan hacer”, apuntó Lazzarini.

Fuente y foto: LM Neuquén.