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Estiman recuperar la salud del río Limay en un lapso de cinco años

El Colegio de Profesionales del Ambiente de Neuquén (CPAN) propuso un plan para mejorar la salud del río Limay en los próximos cinco años. La remediación se lograría a través del cierre de los 14 vuelcos clandestinos de efluentes cloacales que tienen identificados entre Senillosa y la Confluencia.

La comisión de Ecología y Medio Ambiente del Concejo Deliberante recibió al titular del CPAN, Pedro Brissio, quien detalló el estado de situación actual del cauce en función de los monitoreos que realiza la entidad en conjunto con Recursos Hídricos.

Brissio propuso crear un plan a mediano plazo entre cinco y diez años- para optimizar las condiciones del Limay. La iniciativa surge de los resultados de los muestreos que realizaron sobre la cuenca y tiene tres ejes fundamentales.

Como primera medida, ofreció capacitar al personal del EPAS para mejorar el funcionamiento de las plantas de tratamiento de efluentes, especialmente las de Senillosa y Plottier, que son las más nocivas para el curso de agua. “La de Plottier es la más atrasada en cuanto a mejoras porque está en una etapa muy incipiente, tanto en el proyecto ejecutivo como en la gestión de presupuesto, y es la más dañina”, contó. Según expuso, es la que requiere menos inversión y la que más impacto genera sobre la calidad del recurso.

Otro de los factores a combatir son los canales pluvioaluvionales porque reciben descargas cloacales y las depositan en el Limay. El arroyo Durán y el canal Villa María son los más comprometidos, por lo que Brissio propuso atacar las conexiones clandestinas para resolver la problemática.

El tercer agente no está relacionado con las descargas directas. “Es contaminación difusa. Se trata de urbanizaciones o desarrollos urbanos que no cuentan con una red cloacal y por infiltración pueden estar alcanzando el curso del río y contaminándolo”, detalló. Es por eso que consideró que se deben fiscalizar todos los emprendimientos urbanísticos para evitar que los desechos lleguen al curso de agua.

Desde el CPAN creen que si se respetan estos tres pilares, la situación del río Limay podría cambiar radicalmente en los próximos cinco años. Sin embargo, señalaron que la situación del Neuquén es más preocupante porque recibe más cargas y tiene menos caudal, por lo que su capacidad de depuración es mucho menor.

“Uno de los puntos contaminantes es el matadero que arroja desechos en el río. Creemos que con una pequeña inversión en la planta de tratamiento se puede mejorar considerablemente”, concluyó.

Autor: Sergio Garro

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