Lily se conmovió cuando escuchó la noticia: habían encontrado a un recién nacido abandonado en una caja en el barrio Confluencia. Ella, su esposo Gonzalo, sus hijos Laila, de 8 años, y Alejo, de 6, habían recibido y cuidado hacía muy poco a un bebé de dos meses que en junio volvió con su papá, y aún con la emoción a flor de piel habían decidido esperar para repetir esa experiencia de brazos abiertos como familia solidaria.
Pero la incertidumbre sobre el estado de salud de ese bebé abandonado, con tan solo un pañal puesto en una caja de cartón, pudo más. Y llamó a Familias Solidarias para sacarse la duda. A Lily le dijeron que no había nadie que pudiera acogerlo y que Emiliano, como lo habían bautizado las enfermeras en el hospital, iba a pasar a un hogar. No necesitó saber más. Su corazón, y su casa, estarían otra vez abiertos para acunar esa nueva vida.
Apenas hacía un mes que habían restituido al otro bebé y sus dos hijos aún lo extrañaban, a pesar de que eran conscientes de que iba a estar con ellos tan sólo tres meses. “Emiliano es nuestro segundo caso. En diciembre nos entregaron un bebé de dos meses y medio que el mes pasado volvió con su papá. Fue una vinculación feliz porque conocimos a su papá, es una excelente persona, y seguimos teniendo una relación con el gordito. Pero habíamos decidido parar por un tiempo”, contó Lily, cuya familia es la encargada de que Emiliano tenga un hogar transitorio antes de ser dado en adopción.
“Mucha gente dejó su regalo con notas de cariños para Emiliano. Me pareció importante que la gente supiera que todo lo que llevaron, le llegó”. Lily agradeció todos los regalos.
“El viernes nos llamaron, fuimos al Castro Rendón, nos recibieron los profesionales, nos informaron sobre su situación y el sábado nos internaron con él. Estaba en Neo, nos pasaron a una sala donde pudimos estar juntos hasta el martes 16, en que se le dio el alta”, contó.
Emiliano llegó al mundo en una situación adversa de la que poco se sabe. Tras ser rescatado una mañana fría de invierno, muchas personas, que conocieron su caso a través de los medios, se acercaron al hospital para llevarles más de lo que podía llegar a necesitar. “Venía sin nada, ninguna nota. Era un bebé que no podía estar sin nombre. Empezaron a debatir hasta que quedó Emiliano”, agregó.
Desde el primer día de su corta historia de vida conmovió a muchas personas que constantemente llevaron un aluvión de regalos. Se acercaban anónimamente con mantas, pañales, ropa de recién nacido, ropa para más grande, toallas, jabón y shampoo, entre otros presentes. Durante los días que permaneció internado, Gonzalo era el encargado de acarrear 2 ó 3 bolsones diarios de regalos para Emiliano.
“Cuando lo fui a ver por primera vez recordé que no tenía ropa de bebé. Fue la primera preocupación. Era lo único que nos preocupaba porque para el bebé anterior compramos el catre, el changuito y el huevito para andar en el auto. Teníamos todo menos la ropa”, dijo Lily, quien asegura que ahora se quedó sin espacio en el placard de tantas cosas que recibió.
“Gracias a Dios, mucha gente dejó su regalo con notas de cariños para Emiliano. Me pareció importante que la gente supiera que todo lo que llevaron, llegó a Emiliano. A veces uno da y no sabe si llega. No hizo falta que le compráramos nada. Sentíamos que teníamos que comprar algo como para colaborar”, confió Lily, sin advertir que lo que están haciendo como familia es inconmensurable en la corta vida del pequeño.
Por un lado Emiliano había sido abandonado pero al mismo tiempo recibía mucho amor de gente que no lo conocía. “Es increíble el cariño, las cartas que le dejaron en las que les deseaban lo mejor, el cariño que le brindaron desde que pisó el hospital te llena el corazón. Más por cómo llegó”, dijo la mujer.
Se estima que el pequeño tenía entre 48 y 72 horas al momento de ser rescatado. Ingresó al hospital con 2,800 kilogramos y cuando le dieron el alta pesaba 3,180 kg. Esa hora y media que estuvo a la intemperie no le dejaron secuelas. “Es un bebé que ni parece que hubiera pasado por eso”, cuenta Lily. De ahora en más, Emiliano está en buenas manos.
“Lo mirás y se te olvidan todos los problemas”
La hija de Lily le preguntó: ¿Cómo una mamá puede abandonar a un bebé?. “lo primero que le dije es que no se puede juzgar. No sabemos qué llevó a esa mamá a tomar esa decisión tan drástica, quizás no fue ella, quizás la obligaron, no se sabe”, le respondió. por el momento no apareció nadie a reclamarlo y quedará en la casa de la familia solidaria al menos unos 180 días hasta que el Juzgado determine que se lo puede adoptar. en caso de ser así, será por otra familia que esté inscripta en el registro Único de Adopción. “lo mirás y se te olvidan todos los problemas. Como mamá estoy muy feliz por mi esposo y mis hijos, por el apoyo y por cómo nos hemos manejado como familia, siendo que salimos recién de un caso y con todas las emociones a manejar”, aseguró lily.
A los padres les dejó su humilde mensaje: “Ya sea que haya vivido mal el embarazo, las decisiones que haya tomado buenas o malas siempre van a traer consecuencias. Quizás no fue la manera, es lo que uno puede llegar a cuestionar, porque pudo o no pasar alguna persona que lo encuentre. lo importante es que está bien. es un niño precioso, nos tiene enamorado a todos. Si alguien se arrepiente, va a tener a un niño maravilloso”
Fuente y foto: LM Neuquén.