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"Fue una película de terror"

La concejala de Plottier Elizabeth Dziadek se recuperó del Covid tras estar 9 días internada y casi otros 20 resguardada en su casa y narró su experiencia.

No sabe cómo se contagió. No estuvo en contacto estrecho con nadie diagnosticado. Pero lo que sí sabe es que esta enfermedad la dejó sola en una cama de una clínica. Dolorida de la cabeza a los pies y con mucha angustia y miedo.

A partir de su positivo se contagiaron de Covid su marido, y sus dos hijos con nueras y nietos, que totalizan nueve personas.

“Fue todo una película de terror. Había ido a la sesión del Concejo, me sentía como con alergia y estaba utilizando los puf porque soy asmática. Pero al día siguiente se sumó un fuerte dolor de cabeza y empezó la fiebre”, describió la mujer de 52 años.

Luego vino el primer contacto con el Hospital de Plottier. Ella aún estaba muy descreída de que fuera coronavirus. Desde el hospital le indicaron que se acercara para hacerse un hisopado y al día siguiente la llamaron para decirle que estaba contagiada.

“Cuando me dijo que era positivo sentí un frío en todo el cuerpo. No le tenía miedo a la enfermedad, pero cuando te la confirman es muy fuerte”, aseguró.

Ya con el diagnóstico de Covid, Dziadek siguió en su casa con mucha fiebre y comenzó a no poder respirar bien.

“Quería toser y no podía, tenía que ponerme boca abajo. Llamamos al hospital y me vino a buscar una ambulancia. Me hicieron radiografías, me sacaron sangre, y el virus estaba invadiendo mis pulmones. Me pusieron oxígeno, suero y me dejaron esperando los demás resultados”, recordó la mujer de su paso por el Hospital de Plottier.

Pero hasta ese momento ese hospital aún no contaba con camas para internación por coronavirus y le avisaron que deberían trasladarla.

““Te tenemos que llevar”, me dijeron y apareció un camillero con un estuche transparente muy grande, con cierre”, describió la concejala quien recordó además que en ese momento no pudo disimular el temor.

El procedimiento continúa con esa gran bolsa, como si fuera en la que se guardan los acolchados, sobre la camilla. “Te meten ahí adentro y cierran el cierre, no te das una idea la situación. Sos un pedazo de carne. Eso fue muy traumático”, confesó Elizabeth, y sumó: “Vos ya estás infectada, sos de alto riesgo y el personal de salud necesita resguardarse, aunque siempre me trataron con mucho amor y acompañamiento”.

Desde el Hospital de Plottier la trasladaron a la Clínica Pasteur. Ingresó a una sala donde todos los profesionales médicos estaban con dobles barbijos, anteojos, cofias, guantes y máscaras y le fue muy difícil reconocer a alguien.

Durante la internación requirió plasma y oxígeno para salir adelante. “Me sentía sola, muy sola. Te vas y no alcanzaste a despedirte. El segundo día que estaba en esa habitación me agarró un ataque de llanto, es que estás ahí y no tenés a nadie. Los médicos y enfermeros te ayudan pero están haciendo mil cosas”, contó.

Sentía mucho dolor, que no me alcanzaba el aire”, recordó la concejala que pasó 9 días en ese estado que logró sobrepasar con mucha fuerza de voluntad y la ayuda profesional de los médicos, enfermeros, kinesiólogos. “Estás en manos de Dios y de los médicos”, dijo.

Mientras tanto en su casa su marido estaba considerado positivo y solo tenía algunos dolores corporales. Pero con el correr de los días él también empeoró.

A ella le dieron de alta de la clínica pero debía resguardarse en su casa, que se dividieron con su esposo para poder cuidarse cada uno lo más posible.

Fuente y foto: LM Neuquén.

Autor: Sergio Garro

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