Así lo confió el abogado particular Nahuel Urra, quien junto con Alejandro Casas defendió a la víctima desde que la denuncia de la joven de 25 años llegó al fuero penal.
“Hace unos meses empezó con golpes y cuando me quería ir de su casa, me sacaba la llave y no me dejaba salir”, había afirmado la víctima sobre cómo comenzó a escalar la violencia de parte de su entonces pareja, por la que hasta se vio obligada a dejar su trabajo.
El agresor es un músico de la localidad vecina, quien en el episodio que derivó en juicio la encerró en su casa, la golpeó, la asfixió con un pantalón y una almohada, y la amenazó de muerte con un cuchillo en el cuello.
Según confió Urra, la mujer le dijo al tribunal de juicio que no quería ser otra Violeta Matos, víctima de femicidio en septiembre de 2017.
“Quedó demostrado, a lo largo del proceso, que ella venía padeciendo la violencia y no lo podía revelar. Recién pudo hacerlo cuando la situación se agravó en el último hecho”, indicó el abogado querellante.
Teniendo en cuenta una serie de atenuantes y que las amenazas no quedaron acreditadas, al hombre solo se lo condenó por las lesiones. Además, en vistas de acortar el proceso por decisión de la víctima, se presentó el acuerdo de pena, que finalmente fue homologado.
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