Miguel Ángel Albin y Ethel Sancho viven en la calle Libertad, en una de las primeras casas que tuvo la ciudad. Allí desde el caño que sale a la red cloacal se puede ver el agua servida salir a borbotones. El mal olor es fuerte y para evitarlo muchas veces tiran el agua de la cocina directamente al patio.
"Ni se nos puede ocurrir prender el lavarropas. Tratamos de usar la menor cantidad de agua posible, incluso para bañarte lo tenés que pensar dos veces", aseguró Ethel, quien ya no tiene esperanzas de poder encontrar una solución.

Ella hace casi dos años se presentó en la Municipalidad para intentar buscar un arreglo a esta situación, luego envió una nota, y en la respuesta le indicaron que en el pozo que está cerca de su vivienda ya se había instalado una bomba a la que iban a vigilar todos los días.

"Pero no sólo que no se cumplió, sino que parece que ahora se quemaron seis bombas. Hay una que queda andando y a la que los muchachos de servicios públicos le pusieron "la Reina". Estuvimos tres días lo más bien, al cuarto día se la llevaron y todos los desperdicios volvieron a brotar", expresó Albin, quien indicó que estuvieron sin el servicio durante quince días y que recién comenzó a bajar de a poco el agua servida.

Desde el Municipio, el secretario de Infraestructura Pública, Sergio Daubenfeld, indicó que el problema fue que "con la lluvia hubo un cortocircuito y se quemó la bomba". Agregó que el aparato está funcionando desde el sábado.

Los vecinos aseguraron que en algún momento funcionó el sistema pero que como en la actualidad no tiene bombeo, no anda. "La verdad que ya no se qué más hacer, estoy pensando volver a la vieja usanza del pozo ciego, aunque sería correcto que la Municipalidad llamara al desagote", manifestó el hombre.

Yolanda Labate, vecina del barrio Los Canales, indicó que en su vivienda es muy fuerte el mal olor. "No se puede vivir así, estamos pagando un servicio que no tenemos", afirmó la señora.
En tanto, Pedro González, dueño de un salón comercial sobre la calle Libertad, comentó su preocupación ya que en el negocio todos los que entran lo hacen con los zapatos llenos de desperdicios cloacales.

Fuente: LM Neuquén.