El pasado domingo 30 de noviembre, ocurrió una nueva toma en el barrio La Esperanza, en un predio de dos hectáreas, donde alrededor de 60 jóvenes familias estaban instalando precarias viviendas.
Este accionar complicó el funcionamiento de la comisaría 7, que trata de hacer lo imposible para custodiar la toma y patrullar las calles, ya que sólo cuentan con un móvil en funcionamiento, además del asignado al titular de esa unidad.
Desde la comisaría resolvieron estacionar un patrullero que no funciona pero, señalaron, sirve para que se resguarde el efectivo asignado a la vigilancia.
Desde la Dirección de Seguridad Metropolitana de la Policía provincial se indicó que por el momento nadie presentó una denuncia por la ocupación y el personal policial sólo está actuando de oficio.
El titular de la comisaría 7, Luis Cárdenas, reconoció que mantener un móvil policial en esta nueva toma dejaría sin móviles a la jefatura porque tienen solo dos vehículos, uno en la toma y otro no identificable que tiene asignado el mismo. Aunque el patrullero que se asignó a la toma no funciona, porque tiene problemas mecánicos, sirve para resguardo.
Si bien el este de la ciudad es cubierto por la Comisaría 46, Cárdenas advirtió que los inconvenientes en la comisaría principal de la ciudad no terminan con respecto a la falta de móviles. Ahora se suma la falta de efectivos, por que se están tomando las licencias obligatorias, donde las guardias cuentan con menos de la mitad de personal.
En la toma los ocupantes se mostraron pacíficos y solicitaron alguna respuesta por parte del municipio o la provincia. La vocera del grupo, Lucila San Guiliano, dijo que estaban a la espera de una supuesta reunión con el municipio para ver si les brindarían alguna solución.
Cabe recordar que el pasado viernes 20 de noviembre, durante la noche, un grupo formado por unas 35 personas habrían intentado ingresar a este mismo terreno y fueron disuadidos por la policia, luego de varias negociaciones.
Según fuentes policiales, en dicha ocasión, alrededor de nueve familias intentaron tomar este terreno lindante al barrio La Esperanza.
Afirman que las dos hectáreas son propiedad del Club Plottier, aunque otros indican que el municipio compró estas tierras para regularizar tomas.
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