
La noche podría haber sido peor de lo que fue para Hector y Moni, los dos vecinos que sufrieron el ataque de este desorganizado grupo comando que logró adueñarse de algunos relojes, dinero en efectivo de la billetera del hombre y dos teléfonos celulares.
El hecho de violencia e inseguridad, uno más, ocurrió el pasado martes 6 de enero cerca de la medianoche, cuando Hector regresaba de Neuquén tras dejar a un familiar, y su esposa lo llamó para advertirlo de ruidos extraños en los alrededores de la vivienda.
Finalmente, el hombre llegó, cerró los portones y alimentó a su perro, y en ese momento afirma que sintió que "no se encontraba solo", donde inmediatamente tres personas encapuchadas y con guantes se le abalanzaron y comenzaron a golpearlo. "Cuando me gatillaron y no salió la bala me dije “acá o me defiendo o me matan”; entonces me resistí y empecé a forcejear y le saqué el arma a uno. Se enfurecieron, me pegaron piñas, patadas en las costillas. Yo gritaba para que mi mujer escuchara lo que pasaba”, agregó Inda, un ex empresario de la fruta que hoy está retirado de la actividad.
“Yo, desesperada por los gritos de mi marido, tomé carrera y atravesé con el cuerpo otro ventanal que tengo del otro lado. Ahí me corté todo el brazo, di toda la vuelta y les pedí por favor que no le pegaran más a mi marido y que yo les iba a dar la plata”, sostuvo Moni. La mujer sufrió un fuerte golpe en su rodilla y una herida cortante profunda en uno de sus brazos, lo que provocó mucho sangrado.
“Los delincuentes, al verme sangrar tanto, discutían entre ellos y se reprochaban por qué me había lastimado. El otro le decía: yo no le hice nada, la loca se tiró por la ventana”, detalló la mujer.
Durante los 10 minutos que duró el asalto, la alarma sonó constantemente y los delincuentes se desesperaron para arrancar un panel de la pared con el objetivo de desactivarla, acción que fue en vano. La Policía llegó rápida, advertida por vecinos y un familiar de la víctima pero no logró atraparlos.
!A mí el Municipio me exige que coloque alumbrado dentro del barrio, porque lo considera un emprendimiento privado. Por eso mi casa cuenta con 100 lámparas. Ahora, en los 200 metros que compartimos con la empresa petrolera, no hay ni un foco. Yo creo que si Pluspetrol colocara más iluminación, nosotros que vivimos acá no estaríamos tan vulnerables y expuestos a este tipo de hechos”, afirmó el hombre.
Fuente: LM Neuquén.
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