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Opinión

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La columna de Torchio

Devolución de gentilezas: Peressini denunció a Coggiola. Concejales escasos de vergüenza. Extraña unanimidad en el Concejo Deliberante. Oscuros nubarrones en el horizonte, comienza la mesa salarial con los gremios municipales y no hay plata para aumentos.
Horacio Beascochea
Por Horacio Beascochea

A fines de febrero el intendente Peressini presentó una denuncia penal contra el concejal Carlos Coggiola. Según publica el diario “Río Negro” la denuncia se originó en una publicación de Limay Noticias y se refiere a lo expresado en esta misma columna en noviembre de 2012 (“Coggiola, un concejal pintoresco”) donde se manifestó que en junio de 2011 Coggiala, siendo secretario legal de la Municipalidad, autorizó a su esposa Valeria Suarez a cobrar a la Municipalidad más de $260.000 por honorarios en una demanda perdida con la familia Ballis, propietaria de las tierras del Barrio 1º de Febrero.

En principio se habría violado la Ley 1594 de Honorarios para abogados que en su Art. 2 dice “Los profesionales que actuaren para su cliente con asignación mensual fija, o en relación de dependencia, no podrán cobrar honorarios de los mismos, sean o no condenados en costas”. La abogada Suarez estaba contratada por la Municipalidad con asignación mensual y luego formó parte de la planta permanente.

Por otra parte, ella y su esposo, el abogado Carlos Coggiola, podrían estar incursos en el delito “negociaciones incompatibles con la función pública” previsto en el art. 265 del Código Penal (que se castiga con reclusión o prisión de dos a seis años e inhabilitación absoluta de tres a diez años) ya que habrían privilegiado los intereses personales por encima de los de la Municipalidad de Plottier a quien tenían que representar.

Hasta aquí lo legal. Esto tuvo una inmediata secuela política ya que el jueves 28 de febrero, un día después de conocerse esta noticia por el diario, hubo sesión en el Concejo Deliberante.
Normalmente cuando ingresa la presidenta del Concejo Sra. Graciela Suárez se dirige a su banca y saluda en general a los concejales y público presente. Ese día caminó hasta la última fila de bancas donde se sienta Coggiola y le dio un efusivo y prolongado abrazo dando una clara muestra de respaldo al concejal denunciado.

Hay que aclarar que Graciela Suarez es tía de Valeria Suarez la esposa de Coggiola. A su vez por pedido de su tía la abogada está adscripta como asesora legal en el Concejo Deliberante.
Generó sorpresa y estupor en los presentes ese gesto de respaldo a Coggiola por parte de la presidenta del Concejo en la Sala de Sesiones ya que se puede entender que se solidarice con un familiar pero ella lo hizo en el marco de su función institucional.

La Municipalidad fue demanda por incumplir los pagos de un contrato y se supone que lo hizo por falta de dinero. La conducta de Coggiola y su esposa aprovechando esa situación en beneficio propio para empobrecer aun más al municipio puede o no ser considerada un delito por fiscales y jueces, pero sin dudas es censurable desde el punto de vista ético. No parece que corresponda solidarizarse, desde un cargo tan importante como la presidencia del Concejo, con quienes lo hicieron.

La actitud de Graciela Suárez es preocupante ya que ante la ausencia del intendente ella debería ocupar su puesto. Desde lo político eso significa traicionar el mandato de las urnas que le dio su voto a Peressini y Suárez porque un sector del pueblo estaba harto de la corrupción de los gobiernos anteriores. De alguna manera esto no debería sorprender ya que Graciela Suárez fue concejal oficialista durante la última gestión Gallia y dio su voto a los actos más escandalosos de ese gobierno.

Todo esto no hace más que reafirmar el desprecio que siente la mayoría del pueblo por la clase política, un grupo que se enriquece de manera desvergonzada mientras los vecinos se desloman para sobrevivir y ven como el estado está ausente para brindar los servicios mínimos.

Este Concejo no deja de ser una caja de sorpresas. En la sesión preparatoria del 21 de febrero se confirmaron en sus cargos todas las autoridades del cuerpo y las comisiones. En la presidencia sigue Graciela Suarez por un supuesto pedido del intendente. Esta designación viola lo que indica la Carta Orgánica ya que debería ser un concejal radical. Hace un año se podía entender porque ella encabezaba una lista colectora e integraba la coalición de gobierno, ahora llama la atención porque la Sra. Suarez y su bloque juegan un papel decididamente opositor.

En la vicepresidencia segunda fue confirmado Carlos Coggiola quedando tercero en la línea sucesoria del intendente, en paralelo se lo denunció penalmente como se explica más arriba. Lo sorprendente es la incoherencia de que le hayan dado su voto los concejales oficialistas ya que esto se votó por unanimidad.

Otro dato preocupante de esa sesión preparatoria donde habló el intendente es que en interior había un nutrido grupo de funcionarios y un pequeño grupo de empleados municipales. En el exterior del Concejo había 30 o 40 hombres que no parecían municipales. Consultado un dirigente gremial que estaba en el recinto dijo que esa era “una patota con afiliados a un gremio no estatal al servicio del intendente”. Como era de esperar todo se desarrolló con normalidad pero genera preocupación que esto sea verdad por lo que sigue.

El 19 de marzo comienza la mesa salarial con los gremios y al menos uno de ellos, ATE, espera la propuesta del ejecutivo pero tendrá que ser mayor que los $600 del año pasado. Hay rumores de que se pediría un aumento de $1.000 lo que implica más de 1 millón por mes. Además se reclamaran mejoras en la antigüedad y la asignación por hijo.

Fuentes municipales dicen que reconocen el deterioro del salario, por efecto de la inflación y el corrimiento de la barrera sanitaria, pero no hay plata para aumentos y que la provincia tampoco va a aportar más de los $1.800.000 que entrega ahora.

Significa que nuevamente tendremos un mes de abril conflictivo y es de esperar que no tenga el nivel de violencia del 2012. En ese sentido es muy grave que se armen grupos de choque ya que no hay patotas buenas y patotas malas, todas son malas. Plottier espera que prevalezca la cordura y el diálogo porque no se puede vivir sin paz social.

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